Tres preguntas que los adventistas no podemos contestar, objetiva y satisfactoriamente, relacionadas con la profecía de Daniel 8. Parte II

| Frank Claros

La segunda pregunta a considerar es: ¿Por qué afirmamos que la profecía de Daniel 9:25 encuentra su cumplimiento en el año 457 a. C. en tiempo de Esdras, sin ningún fundamento bíblico; cuando en realidad en el libro de Nehemías, encontramos categóricas declaraciones que evidencian que Nehemías en el 444 a. C., no solo recibió la autorización de REEDIFICAR LOS MUROS Y RECONSTRUIR JERUSALÉN, sino que organizó y dirigió dichas edificaciones? Por aproximadamente 180 años hemos afirmado que la primera parte del texto de Daniel 9: 25, que registra: ”Desde la salida de la orden para restaurar y edificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe …“, encontró su cumplimiento en el año 457 a. C., año en el que Esdras viajó a Jerusalén. Antes de continuar, es importante aclarar que la anterior interpretación, del inicio de la profecía de las 70 semanas, no es de nuestro propio cuño – porque la hemos adoptado-, ni es el fruto de una revelación divina que recibió la hna. White. La historia revela, que en los primeros quince siglos de la historia cristiana, los estudiosos de las profecías, formularon diversas interpretaciones de las 70 semanas, donde algunos la hacían comenzar desde Adán, hasta el rechazo de los judíos al Señor, que terminó con la destrucción de Jerusalén en el año 70 de nuestra era; otros la hacían arrancar desde Ciro hasta el tiempo de Cristo; y otros más, señalaban que la profecía se inició el primer año de Darío, haciéndola terminar también con la destrucción de Jerusalén. Es de destacar, una interpretación que ha perdurado por más de dieciocho siglos, desde Julio Africano en el siglo II, pasando por el Venerable Beda en el siglo VIII, continuando con el sacerdote Tomás de Aquino en el siglo XIII, y llegando hasta nuestro tiempo. La anterior interpretación computa el tiempo utilizando años lunares de 354 días y no años solares de 365 días como actualmente los hacemos; porque la profecía fue dada al pueblo judío quienes utilizaban años lunares antes durante y después de la revelación profética dada a Daniel, ya que los años lunisolares que por aproximación vienen siendo equivalentes a los años solares, fueron implementados por los babilonios hasta el siglo IV a. C., después de que Daniel recibiera la visión. Esa interpretación hace comenzar las setenta semanas en el año 20 del reinado de Artajerjes, es decir, el año 444 a. C. y terminar con el bautismo del Señor Jesús. Si computamos el tiempo de la profecía utilizando años solares se produce un desfase de trece años, con relación al bautismo del Señor Jesús en el año 27 de nuestra era; que no sucede si computamos el tiempo utilizando años lunares, que hace terminar la profecía en la estación otoñal del año 26 d. C., estación en la cual fue bautizado el Señor. Durante la reforma, en el siglo XVI algunos estudiosos propusieron que las 70 semanas se iniciaron en el año 457 a. C. con el viaje de Esdras a Jerusalén, interpretación que gozó de popularidad hasta mediados del siglo XIX, para después pasar a ser descartada paulatinamente, por las inconsistencias bíblicas e históricas, que adolece. Nuestra iglesia es de las pocas, si no la única que la sigue sosteniendo, porque fue registrada en nuestros libros inspirados, que son incuestionables, porque no dan lugar a una revisión de nuestras creencias proféticas. La mayor parte de las denominaciones religiosas, han retomado la interpretación de que las setenta semanas se comenzaron en el 444 a. C. en el año 20 del reinado de Artajerjes. Al llegar a este punto, debemos preguntarnos: ¿Qué interpretación tiene mayor fundamento bíblico e histórico? Al revisar el libro de Nehemías, encontramos registrado en el capítulo 2, que en el año 20 del reinado de Artajerjes, Nehemías era el copero del rey, y que en cierto momento le informó al rey, que la ciudad, casa de los sepulcros de sus padres estaba desierta, y sus puertas consumidas al fuego, pidiéndole al rey que lo enviara a Judá, a REEDIFICAR LA CIUDAD (versos 3 y 5), En los versos 6-8, encontramos que Artajerjes le concedió a Nehemías su petición, y que le dio cartas para que los gobernadores del otro lado del río le franquearan el paso, y que el guardabosques le facilitara madera para reconstruir los MUROS DE JERUSALÉN, y la casa en la que viviría. En este punto, algunos de nuestros teólogos, tratando de restarle importancia al relato del libro de Nehemías, a fin descartar la posibilidad que Nehemías en el 444 a. C. haya dado cumplimiento a la profecía de Daniel 9:25, afirman que Nehemías no recibió un decreto imperial de parte del rey, como lo requiere Daniel 9:25, sino solo un permiso. Aquí es importante destacar, que es cierto que en el libro de Nehemías, no se registra que recibió una orden; no es menos cierto, que Nehemías realizó un viaje a Jerusalén de carácter oficial en el año 444 a. C. con el cargo de gobernador (Nehemías 5:14), por lo que el rey le proveyó de un resguardo militar, constituido por capitanes del ejército y gente de a caballo, que no le facilitó a Esdras, que viajó solo como sacerdote y escriba. Por otro lado, el permiso otorgado a Nehemías, se constituyó en una orden, porque: “… en el lenguaje oficial de la época, un permiso era una orden”, según lo afirma el Comentario bíblico adventista, tomo III, pág. 355. En el libro Profetas y Reyes, pág. 470, se menciona: «Nehemías había traído un mandato real que requeriría a los habitantes que cooperaran con él en la reedificación del muro”; mandato que encontramos registrado, en el capítulo 2 de Nehemías, donde se relata que este dirigente judío, recibió la autorización del rey para REGRESAR A JUDÁ PARA REEDIFICAR JERUSALÉN Y CONSTRUIR EL MURO DE LA CIUDAD. En el capítulo 3 de ese libro, se relata que Nehemías organizó al pueblo para construir los muros de la ciudad; en el capítulo 11 se menciona el procedimiento que se implementó para repoblar Jerusalén, a fin de que sus nuevos habitantes comenzaran la construcción de sus casas, y en consecuencia de la ciudad; y finalmente en el capítulo 12, se destaca la solemne dedicación del muro con tal regocijo que fue oída a lo lejos. Después de lo anteriormente considerado, terminamos formulando la pregunta inicial: ¿La profecía de Daniel 9:25 encontró su cumplimiento en el año 457 a. C., como hemos conjeturado sin ningún fundamento bíblico; o en el año 444 a. C., como lo encontramos en el libro de Nehemías? Continuará. Bendiciones.

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Comentarios

  1. Gracias Frank por compartir esta información vital
    Los eventos relacionados al viaje de Nehemías en el año 20 de Artajerjes se ajustan perfectamente a los términos de inicio de la profecía de la setenta semanas. Los Testigos de Jehová plantean los eventos del año veinte de Nehemías en el año 458 a. C justificando corregencia de Jerjes con su padre Darío. Esta corregencia fuera del canon de Ptolomeo aleja la fecha del 7mo año de Artajerjes en el año 457 a. C, poniéndola mucho mas atrás en el tiempo. El comentario bíblico Adventista dice a pie de pagina 94 del tomo III: «Se atribuye a Petavio (Petau) erudito jesuita del siglo XVII como la conjetura de que Nabucodonosor tuvo una corregencia con su padre. Petavio también supuso una corregencia de 10años en el caso de Artajerjes I, a fin de comenzar las 70 semanas en el año 20 de ese reinado, computado desde el comienzo de la corregencia. Usher usando una fecha ligeramente distinta para el fin de las setenta semanas, siguió a Petavio en el cambio de las fechas de Artajerjes, pero dejo de lado el canon de Ptolomeo y ubicó la muerte de Jerjes 9 años antes de la fecha que da el canon para el comienzo del reinado de Artajerjes. Pocos comentadores protestantes usaron esta cronología de Artajerjes, pero por mas de dos siglos aparecieron en los márgenes de DOUAI y en algunas ediciones de la KJV las fechas que Usher daba como 467 a. C para Esdras 7 y 454 a. C para Nehemías 2»

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