En este artículo, continuaremos considerando la pregunta: ¿Por qué afirmamos que la profecía de Daniel 9:25 encuentra su cumplimiento en el año 457 a. C. en tiempo de Esdras, sin ningún fundamento bíblico; cuando en realidad en el libro de Nehemías, encontramos categóricas declaraciones que evidencian que Nehemías en el 444 a. C., no solo recibió la autorización de REEDIFICAR LOS MUROS Y RECONSTRUIR JERUSALÉN, sino que organizó y dirigió dichas edificaciones? Después de haber considerado en el artículo anterior la posibilidad de que la profecía de Daniel 9:25, haya encontrado su cumplimiento en el año 444 a. C., en tiempo de Nehemías, procederemos también a revisar la viabilidad que dicha profecía se haya iniciado en el año 457 a. C. en tiempo de Esdras. Para comenzar, es importante destacar, que a diferencia de lo registrado en el libro de Nehemías relacionado con la autorización de construir los muros y reedificar la ciudad en el año 444 a. C., que es bíblica e históricamente verificable; el año 457 a. C., surge de un cálculo a posteriori, restándole 483 años a la fecha del bautismo del Señor Jesús en el año 27 de nuestra era, y buscando en la historia un evento relevante cercano a la fecha propuesta, como fue el viaje de Esdras a Jerusalén. El problema de tal procedimiento, es que los EVENTOS señalados en la profecía, no encuentran su CUMPLIMIENTO en la fecha calculada. Un ejemplo de lo anterior, es que en Daniel 9:25, se profetiza que las setenta semanas comenzarían con la salida de la orden de restaurar y edificar Jerusalén. Lamentablemente, en el libro de Esdras y particularmente en el capítulo 7, por más que busquemos, no encontramos ninguna orden para edificar Jerusalén, y mucho menos las medidas que dieron lugar a la implementación de dicha orden. Aquí es necesario destacar, que nuestros sinceros pioneros, debido a su falta de educación y su ignorancia de las Escrituras, adoptaron la interpretación que la profecía se inició en tiempos de Esdras, porque era la interpretación en boga en ese entonces, propuesta por la mayor parte de prestigiados eruditos de siglos recién pasados, por lo que no vieron necesidad de revisar si tenía fundamento. Si ellos hubieran tenido las herramientas interpretativas de las que disponemos ahora, habrían rectificado. J. N. Andrews no pudo haberlo expresado mejor al manifestar, que cambiaría “mil errores por una verdad». El problema actualmente, es que nuestros eruditos, siendo muy conscientes de que estamos equivocados, intentan tapar el sol con un dedo, tratando de defender la “verdad” faltando a la verdad. Debido a lo anterior, nuestros teólogos recurren a subterfugios y malabarismos hermenéuticos, como los siguientes: 1- Que Esdras no recibió un decreto de restaurar y edificar FÍSICAMENTE Jerusalén, sino, un mandato de restaurar el orden civil y religioso de la nación judía, para lo cual nombraría jueces y gobernadores. La anterior forzada interpretación presenta el inconveniente, de que en Esdras 9:22, se registra, que cuando éste llegó a Jerusalén, la sociedad judía ya estaba organizada con sus príncipes y gobernadores; y en el 10:14, que tenían sus ancianos y sus jueces, lo que no da lugar, a la conjetura de que el decreto dado a Esdras, era para restaurar el orden civil de la nación judía, porque ya existía una estructura administrativa, que permitía una adecuada y ordenada interrelación entre sus habitantes. Por otro lado, Esdras no inició ni promovió algún cambio significativo dentro de la sociedad hebrea; a no ser la expulsión de las mujeres extranjeras casadas con israelitas; iniciativa que nació de algunos dirigentes locales, a quienes Esdras apoyó. Quien si, promovió y realizó una importante reforma en la sociedad judía fue Nehemías, que se opuso y abolió la usura y la esclavitud, que se derivó del préstamo que hacían los más pobres para comprar grano para comer, y pagar el tributo al rey, para lo cual empeñaban sus casas sus olivares y sus tierras; y sometían a sus hijas a servidumbre, que no podían rescatar después. 2 – Debido a que en Esdras 7, no encontramos ninguna orden de Artajerjes de comenzar la construcción de los muros y la reedificación de la ciudad de Jerusalén, recurrimos al tercer decreto de Artajeres registrado en Esdras 6:14, que supuestamente ordena el inicio de las edificaciones mencionadas. El problema es que ese decreto, no tiene ninguna relación con la edificación de Jerusalén, sino exclusivamente con la EDIFICACION DEL TEMPLO, que confirmamos en Esdras 6: 12,14-15, donde se registra lo siguiente: «Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios que está en Jerusalén… Edificaron pues, y terminaron por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, Darío y Artajerjes rey de Persia. Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío», es decir, en el año 508 a. C., aproximadamente 51 años antes que Esdras llegara a Jerusalén. Después de que el templo fue terminado, se procedió a su dedicación, y posteriormente a la celebración de la Pascua y la Fiesta de los panes sin levadura. Aquí es importante destacar, que después de la terminación del templo, el mayor reformador y restaurador del orden religioso de la nación judía fue Nehemías. En los capítulos 10 y 13, se registra que Nehemías promovió y alentó a los judíos a volver a guardar el sábado, ordenando que las puertas de Jerusalén se cerraran antes del sábado. Reprendió, azotó, y les arrancó el cabello a algunos que se habían casado con mujeres extranjeras; reprendió a los dirigentes sacerdotales que no habían dado su porción de alimentos a los levitas que servían en el templo, que se habían retirado a sus heredades y ordenó que se volvieran a traer al templo, el diezmo del grano, del vino y del aceite. Por lo considerado hasta el momento, es evidente que el categórico relato bíblico registrado en el libro de Nehemías, relacionado con la orden de edificar los muros y la ciudad de Jerusalén, tiene mayor fundamento bíblico e histórico, que la interpretación basadas en suposiciones registradas en el libro de Esdras. ¿Si lo anterior es correcto, por qué continuamos sosteniendo una interpretación que sabemos que no está fundamentada en las Escrituras? La única y principal razón, es que si descartamos el año 457 a. C., obligadamente debemos descartar el año 1,844, con lo que queda en evidencia que hemos estado equivocados, y que no somos ni hemos sido una iglesia profética, sino una agencia más del Señor para alcanzar al mundo, que en sí ya es un privilegio; que debe hacernos menos pretenciosos y más humildes. Bendiciones.

El decreto de Ciro, según Josefo
«He dado permiso a cuantos judíos residentes en mi país deseen REGRESAR a su país, RECONSTRUIR SU CIUDAD y edificar el templo de Dios en Jerusalén, en el mismo lugar donde antes estaba. También he enviado a mi tesorero, Mitrídates, y a Zorobabel, gobernador de los judíos, para que pongan los cimientos del templo». Antiguuedades de los Judios XI, 1, 3
El decreto de Ciro registrado por Josefo cumple con los criterios del inicio de la profecia de las 70 semanas registrado en Daniel 9: 25 que dice: «Sabe pues y entiende que desde la salida de la orden para restaurar (REGRESAR del exilio) y EDIFICAR JERUSALEN…..».
Pero según la cronología basada en el Canon de Ptolomeo este decreto de Ciro dado en el año 538 a.C no llega hasta el mismo Mesias
El decreto de Ciro registrado en Esdras hace alusión a la orden de REGRESAR del exilio pero no de la RECONSTRUCCION DE LA CIUDAD. Habla con énfasis en la reconstrucción del templo con una compañía de judíos que regresaron bajo ese decreto.
Habiendo una discrepancia en el registro del decreto de Ciro registrado por la Biblia (Esdras) y por la historia (Josefo) como estudiante de la Biblia debo basarme en un «Escrito está». Dado que a la fecha no tenemos el documento original escrito por Ciro, es aún más importante basar nuestro estudio en la Biblia aunque lo escrito por Josefo es muy importante para reconocer que dicho decreto fue real y verdadero.
Digo lo anterior, puesto que en el museo de Londres se encuentra el cilindro de Ciro donde se describe como Ciro era benevolente con las naciones subyugada por Nabucodonosor y este daba libertad para regresar a sus países y que te construyeran su vida religiosa. Sin embargo todavía no se ha encontrado el decreto original descrito en Esdras y en Antiguedadrs de los judíos escrito por Josefo. Ojalá un día podamos ser testigos oculares de semejante maravilla arqueológica y nos aclare este singular punto.
Concuerdo en la exposición de Frank en el sentido que el decreto en Esdras 7 no cumple los criterios de Daniel 9:25.